Hasta este lunes en el Abierto de Estados Unidos Jaume Munar solo había cedido un set, un paseo decidido que, por vez primera en un grande, llevaba al mallorquín hasta la ronda de octavos y nutría la promesa. Este lunes, el sueño del mallorquín se deshizo en pedazos frente a Lorenzo Musetti, el 10 del mundo. Munar ha chocado contra un jugador que en la Louis Armstrong ha exhibido tanta firmeza y brillo como el mármol de su Carrara natal. Pero algo mucho más parecía deshacer al de Cala Figuera, y de acuerdo se deshacía en la pista corrían por las gradas corrían por las gradas rumores de fiebre, de un catarro, algo que daría sentido a ese vaciado de la fuerza y la magia que el español, 44 del mundo , había estado exhibiendo en su primera semana.