
Media hora antes del final del partido entre FC Barcelona y Celta de Vigo, el relato de casi todas las crónicas iba encaminado a loar la hazaña de Borja Iglesias con su hat-trick, que entonces consolidaba al Celta en región europea, y contar que el Barça confirmaba los peores síntomas de pagar el desgaste de las últimas semanas que asomaron contra Betis, Leganés y Dortmund, sin olvidar que el Real La capital de españa pasaba a depender de sí mismo para ganar la liga.