Octava fecha del calendario y el Elche sigue sin perder. Los franjiverdes ponen en juego su racha como invicto y la plaza de Champions que ha ocupado a lo largo de esta semana en un feudo que solo ha visitado en una ocasión en Primera División. Mendizorroza y el Alavés. En Vitoria, la entidad ilicitana, centenaria, festejará una efeméride especial : 800 partidos en la máxima categoría. Con todos estos elementos el objetivo es irse al parón FIFA con sonrisas. Festejar el partido de España en Elche con, si cabe, aún más alegría.
No será una compañía fácil pues , más allá de su notable desempeño en este comienzo de temporada, este EuroElche todavía no ha ganado a residencia. Lógicamente tampoco ha perdido. Tres empates en Madrid (Atlético), Sevilla y Pamplona (Osasuna). 2 de ellos mirando a los ojos a la derrota y negando con contundencia la rendición, contra los colchoneros por pura supervivencia y ante los navarros por insistencia. La siguiente parada en el sendero es Vitoria (domingo, 14 horas) contra un Alavés que llega con las dudas que se te meten en el cuerpo tras haber sumado entre los últimos nueve puntos en juego.
Va a ser un partido en el que va a tocar rencontrarse con caras conocidas. Al Alavés lo dirige Eduardo Coudet, representado por la agencia de Christian Bragarnik, dueño del Elche. Y el delantero centro titular que los franjiverdes esperan tener enfrente es Lucas Boyé, ídolo reciente en el Martínez Valero y cuyo nombre estuvo señalado en colorado en la libreta de posibles incorporaciones este mismo verano. Entre el valor , la edad y las opciones que se abrieron con Álvaro Rodríguez y André Silva, el otrora creador de 23 tantos en cien partidos con la franja en el pecho ahora será la primordial preocupación. No la única.