Salió Fermín de inicio en el momento conveniente y con el apoyo de Rashford, el Barça volvió a parecerse al Barça pata negra, a cinco días de ir al Bernabéu. Los de un Flick mucho más relajado golearon al Olympiacos por 6-1 en una noche estelar del onubense y del inglés, pero que asimismo ofreció brotes verdes en lo colectivo. Fermín marca el camino a Madrid. La semana del Tradicional empezaba ayer con la Champions, donde el Barcelona no podía despistarse. La alineación que presentara Flick refería precisamente a lo sosprechado para el domingo en La capital de españa , ahora fuera por activa o por pasiva.
Por activa, la lengua alemana siguió insistiendo en rodar a la pareja de centrales formada por Eric y Cubarsí, al tiempo que por pasiva introdujo en el once titular a Dro para reservar a Frenkie de Jong, aunque el puesto del holandés lo ocupó Fermín, un agitador nato, que se situó en el epicentro del juego culé en ataque ejerciendo de acelerador de partículas. Con él todo es una centrifugadora.
Y el efecto Demonio de Tasmania Fermín funcionó de entrada tras evitar abonar el peaje del ahora conocido susto del primer minuto, un clásico en la escenificación de los de Flick, que comienzan los partidos como el que se lúcida en el vehículo sin haber vivido por casa. En un caso así , Balde perdió el balón, Podence se plantó frente Szczesny, que fue salvador.
La semana del Clásico comenzaba ayer con la Champions, donde el Barcelona no podía despistarse. La alineación que presentara Flick refería claramente a lo previsto para el domingo en Madrid , ya fuera por activa o por pasiva. Por activa, el alemán siguió insistiendo en rodar a la pareja de centrales formada por Eric y Cubarsí, mientras que por pasiva ingresó en el once titular a Dro para reservar a Frenkie de Jong, si bien el puesto del holandés lo ocupó Fermín, un agitador nato, que se situó en el epicentro del juego culé en ataque ejerciendo de acelerador de partículas. Con él todo es una centrifugadora.
Y el efecto Demonio de Tasmania Fermín funcionó de entrada tras evitar abonar el peaje del ahora conocido susto del primer minuto, un clásico en la puesta en escena de los de Flick, que empiezan los partidos como el que se despierta en el turismo sin haber vivido por casa. En un caso así , Balde perdió el balón, Podence se plantó ante Szczesny, que fue salvador.
En la reanudación hubo ocho minutos de duda. Los que fueron del paradón de Tzolakis a cabezazo de Fermín al gol de El Kaabi de penalti absurdo de Eric cuando el jugador marroquí estaba en claro fuera de juego. Una metida de pata que se conjuró en relación el árbitro del partido expulsó a Hezze inmerecidamente por segunda amarilla por cometer una falta sobre Casadó, que la exageró de forma indecente realizando eso que está tan de moda de tirarse las manos a la cara como si le hubiesen rociado con ácido.
Ahora en superioridad, el Barça se dio un festín en el que Lamine Yamal marcó de penalti, Rashford marcó 2 mucho más reivindicando su papel de titular para el Tradicional y Fermín completó su hat-trick, los tres con la izquierda, su pierna supuestamente mala y deja claro que centrifuga al Barça.